sábado, 1 de marzo de 2008

COMPLEJO ARQUEOLOGICO DE MANGOMARCA



Cerca a la avenida Gran Chimú, doblando a la izquierda y luego encaminándonos por la Av. El Santuario, encontramos hacia el flanco derecho un enorme complejo arqueológico el cual fue denominado Complejo Mangomarca (cuyo nombre deriva de Manku Marca o “Pueblo del señor”), que guarda en sí una belleza majestuosa a pesar de encontrarse afectada por la falta de mantenimiento y conservación por parte de las entidades respectivas.
Cerca de este complejo ubicamos estribaciones andinas costeñas, las cuales se llenan de verdor y belleza durante la llegada de la estación invernal (de junio a septiembre). La loma de Mangomarca aún preserva ese equilibrio natural, en donde antiguamente se recolectaban diversas especies vegetales, además de especies animales como cérvidos, pequeños animales, aves y caracoles terrestres.
En el año 600 d. C. las culturas en el Perú realizan intercambios culturales entre sí, este intercambio produjo influencias que se perciben, sobre todo en la cerámica, así surge un estilo llamado Nievería (Cerámica bella, fina y de color naranja). En San Juan de Lurigancho se encontró este estilo de cerámica en los entierros de Potrero Tenorio y en Mangomarca. Cuando decae la presencia de la Cultura Lima, surge un poderoso señorío llamado Ychma que ocupaba los valles del Rímac y Lurín y tenía como capital a Pachacamac, ubicado en el Periodo Intermedio Tardío del 900 d. C. al 1470 de. C. El Señorío Ychma agrupaba a varios curacazgos entre ellos el de Malanga (Maranga), Lati (Ate), Sulco (Surco), Limac (Cercado de Lima), Amancae (Rímac), Lurigancho (San Juan de Lurigancho), etc. Los Lurigancho o Ruricancho, mal llamados por algunos Hurin Huanchos, formaron parte del señorío Ychma y ocuparon varios asentamientos o pueblos entre ellos Canto Chico, Campoy y Mangomarca,
Alrededor de los 900 d.C. Mangomarca se constituye como uno de los centros políticos más importantes de la margen derecha del valle bajo del Rímac, convirtiéndose en la capital del Curacazgo Lurigancho, lugar de residencia de los señores que gobernaron este territorio. Durante el 1200 d. C. los Ychmas y sus vecinos los Colleq (Señorío que ocupaba la parte baja del valle del Chillón) iniciaron grandes batallas por tierras con pueblos belicosos de las zonas andinas entre ellos los yauyos y chacllas pudiendo contrarrestarlos, pero en el año 1470 se produce la llegada del principe Inca Túpac Yupanqui, quien logra anexar a los Ychma al Tahuantinsuyo en 1470 d. C.
En la zona del complejo arqueológico encontramos una serie de restos arquitectónicos importantes. Una presenta una estructura piramidal escalonada, levantada sobre un mamelón rocoso y su arquitectura es una mezcla de barro con pequeñas piedras, denominada tapia; se ha especificado que allí funcionó un conjunto residencial del periodo tardío. También en esta huaca destacan grandes muros masivos de contención; además de un complejo sistema de recintos y pasadizos, rodeado por un muro de circunvalación de tapia. Estas características, según los investigadores, dejan muchas incertidumbres sobre la posibilidad de uso como una Huaca-Templo o una Huaca-Palacio, debido además sobre la presencia de grandes acumulaciones de basura doméstica de la época en la Planta superior de la Huaca, la cual señala que su carácter no fue exclusivamente ceremonial. Por otra parte, se destacan dos grandes cementerios con tumbas constituidas por cámaras rectangulares, revestidos interiormente con piedra rústicas asentada con barro. La cerámica recuperada en el sitio incluye vasijas de fines de Horizonte Medio o Inca Pachacutec.
La importancia del Complejo Mangomarca conlleva a seguir en la investigación del lugar y sobretodo a su protección. Lamentablemente, la huaca Mangomarca, ya ha perdido el 70% de la estructura original, (denuncia dada en el diario El Comercio del día 08 de Abril del 2006) debido a que se encuentra en un estado de abandono total, donde se ha comprobado la existencia de basura acumulada por parte de inescrupulosos; además de ser el escondite de gavilla de delincuentes y drogadictos que radican en la huaca. Lamentable es afirmar que en el Presupuesto Participativo de la Municipalidad de San Juan de Lurigancho, en el Item N°8 existía una partida de puesta en valor de la Huaca Mangomarca especificada en S/ 250,000 nuevos soles con un alto puntaje de urgencia, la cual nunca fue realizada con lo cual se comprueba la negligencia por parte de las autoridades para conservar lo que fue en un momento el más importante centro político y económico de los Ruricancho.
Existen entidades sin fines de lucro que ha actuado a favor de la protección de dichas ruinas como el Instituto Ruricancho el cual ha avanzado en la elaboración de un inventario de sus zonas arqueológicas, pero se está a la espera de que sea acogido por el concejo del distrito, a fin de que estas sean puestas en valor y recuperadas. Lucy Palacios Ramos es otra de las profesionales que trabajó en el rescate de la zona de Mangomarca, conllevando dificultades de coordinación con gestiones administrativas deficientes y de entidades como el INC que no han realizado ningún acto de protección de la zona afectada, lo cual demuestra la ineptitud de las entidades estatales del país en cuanto a preservación y protección a los bienes arqueológicos; el debate ya está abierto y solo se espera que nosotros como futuros profesionales de Arqueología desde ahora conllevemos a tomar las pautas necesarias para poder iniciar una concientización de la protección de nuestro patrimonio arqueológico; no permitamos que mas Mangomarcas u otros lugares de importancia cultural de nuestro pasado sigan siendo afectados y maltratados por simplemente el desinterés negligente conllevado por parte de las autoridades del Estado.
Enzo Nulli Perdicci
Cod: 06150122